a)
Desafíos para el educador: barreras a
derribar.
Inicialmente,
debemos entender que el conocimiento es una interpretación limitada de nuestros
sentidos hasta el sesgo de nuestra propia idiosincrasia, limitando la
construcción de nuevos conocimientos pedagógico basado en modelos propios para
nuestro contexto sociocultural. La incertidumbre se visualiza como nuestra
principal limitante, desaprovechando la oportunidad de poder internalizarla
para dar respuestas a nuevos desafíos de la educación.
La
desarticulación del conocimiento se plantea como otra barrera, evidenciando la
entrega de información aislada del contexto, e interpretándose como carente de
sentido, organización y articulación. Esto imposibilita al alumno de acceder al
conocimiento contextualizado atendiendo a la multidimensionalidad del ser
humano.
En cuanto, el destino
planetario de los seres humanos es una realidad clave hasta ahora ignorada por
la educación. Para conseguir que la unidad humana asegure y favorezca la
diversidad se debe dar a conocer inicialmente el origen de nuestra condición,
en donde se generan interacciones entre individuos que construyen la sociedad, certificando
el sentimiento de la propia identidad y de su cultura. Por lo tanto, la
educación debe afianzar este principio de unidad formando seres tolerantes en diversidad,
destacando que el destino individual se entrelaza con el social. Siguiendo la
idea anterior, se desprende que las sociedades viven aisladas olvidando la
identidad terrenal que comparten desvinculándose de la primera y única patria,
como señala Morín: “El mundo está cada vez mas devastado por la incomprensión”.
La educación nos
entrega actualmente solo el conocimiento de las certezas, dejando desprovisto
de contenido el análisis de las incertidumbres para construir nuevos
conocimientos, a través de la búsqueda de las respuestas, que nos permitan
afrontar los riesgos y desequilibrios a lo largo de este camino.
La educación del
futuro debe plantearse, por ello, como la educación por la paz en donde el
desarrollo de la comprensión del individuo le permita empatizar con el otro y
su entorno de manera desinteresada.
Finalmente, la
educación ha de presentar al alumno principios éticos para la convivencia de la
especie en la identidad terrenal; y no precisamente desde ejemplos de lo moralmente
aceptado, sino más bien en el pleno desarrollo de la conciencia de su condición
de Ser Humano.
b)
Redes necesarias a construir
Las redes que son necesarias a
construir hacen relación al desarrollo inter e intrapersonal del individuo.
Aprender a ser, desarrollando al
individuo para actuar con una mayor capacidad de autonomía, responsabilidad,
juicios de valores, autoconocimiento y autocritica frente a sí mismo en el
contexto de la sociedad.
Aprender a saber, construyendo desde la base de una cultura policentrica los
conocimientos necesarios que le permitan analizar y criticar información de
variadas disciplinas.
Aprender a hacer, de manera que el
individuo pueda anticiparse y tomar decisiones ante las diversas situaciones
que se presentan, y ser agentes activos en la construcción de su identidad
social.
Aprender a convivir, viviendo juntos
en sociedad, y comprendiendo su entorno próximo, al mundo y
las interdependencias que se producen en este contexto. También es necesario
potenciar las habilidades de trabajo en equipo.
c) ¿Qué le dice Edgar Morín al Chile de hoy?
El problema de la
educación del Chile de hoy se contrasta con la democracia del siglo XXI, donde
el incipiente desarrollo científico y tecnológico no solo ha generado
conocimiento sino también ignorancia y ceguera.
El desarrollo de
múltiples disciplinas ha llevado al país a una superespecialización y la
parcelación del saber, quedando solo en manos de los expertos. Por ello, el
ciudadano se ve desposeído de conocimiento, y solo le queda ser dependiente de
las decisiones que toman los que convierten estos saberes en poder. Se da paso
con ello a la fractura de la sociedad entre una “nueva clase” y los
“ciudadanos”, como señala Morín.